La waza perfecta.

No hace falta ser un gran alicate para percatarse de que no todos los días que se sale de marcha son igual de inolvidables, entre otras cosas, porque es imposible, demasiados dias de marcha para recordarlos todos con la misma intensidad, así que el cerebro hace un increible esfuerzo por recordar de alguna forma los dias que mejor lo pasamos, a pesar de que esté siempre presente el factor alcohol y quien sabe si alguna cosilla má... llámalo humo, o mortadela, o turbinio.

Lo que está claro es que tenemos criterio suficiente como para aseguraros cuales resultan ser los mejores dias de marcha, porque otra cosa no, pero de este tema controlamos lo que no está escrito, porque tenemos gente que trabaja muy duro para conocer los recovecos más oscuros del mundo de la farándula, saliendo jueves, viernes, sábado, y en verano apurando al máximo todos los días, lo cual supone un esfuezo económico y para la salud brut-all.

Pero ha merecido la pena, porque por fin podemos daros a vosotros, fieles lectores de secomoospusisteis, varias claves para conseguir wazas inolvidables, siempre teniendo en cuenta que la waza perfecta es incontrolable, siempre se necesita un toque de suerte, un "lucky strike".

Normalmente, los días fantásticos en los que eres tan jodidamente feliz que el puto tiempo pasa volando, empiezan pronto, y sin un plan concreto. Suelen ser días en los que al día siguiente es fiesta, por aquello de no tener hora y poder descansar algo.

No suelen ser días con plan preparado de antemano porque cuando preparas algo, esperas que sea un buen día, y puede ser bueno, regular, flojo... Pero aunque sea bueno, preparado de antemano le quita parte del mérito.

Los mejores empiezan una tarde que sales al bar y encuentras a varios colegas echando risas y cervezas.

- De qué hablais?
- De aquella vez que...
- Jajaja, es verdad, Elisa! Ponme un tubo. Pues peor fue cuando...

Y entre jijis y jajas y varios tubos resulta que aparece la hora de cenar, a lo mejor en el bar, a lo mejor no.

Luego las primeras horas nocturnas también son a base de conversación y cubatis, ya vestidos y algo tocados, empiezan a suceder cosas que normalmente no pasan hasta las 3 o las 4 de la madrugada y solo son las 23, todo un logro, pero consigue poner a la gente de buen humor y con ganas de participar, ya estemos en el bar o haciendo botellada, así que de repente hay 20 personas cantando y riéndose y haciendo cosas wazásticas .

Luego viene el viaje a donde sea el grueso de la fiesta, puede ser un pueblo de cerca, de lejos, una ciudad, una finca, una villa, un suburbio, una capital, una rotonda...

Allí hay más gente con ganas de pasarlo bien, y como vienes motivado y alegre, la conversacción fluye fácil y hablas con gente que conoces, e incluso conoces más.
Suelen ser wazas en las que ves claro, hablas bien y estás lúcido y gracioso.

Y por supuesto, qué mejor final de fiesta que volver a juntarte con los colegas que empezaste, echar unos gritos mañaneros, unas risas, quizá alguna consumición más para hacer tiempo e ir a almorzar todos juntos, enteros, sin sueño y sin ganas de ir a casa nunca.

Pero todo lo bueno se acaba, eso sí, te echas a dormir con una sonrisa de oreja a oreja y contento de la gente que tienes cerca.