viernes, 21 de septiembre de 2012

Un Secomo sobrio en el casco.

Todo es igual, pero distinto. La misma música, los mismos bares con otros nombres, las mismas horas, las mismas luces de los cops o de las ambulancias... Pero son otros los actores principales, los que hacen las mayores estupideces y exhibiciones extrañas, dedicadas a las chicas o a sus propios colegas, cosa que comprendo ya que nadie mejor que nosotros para comprender el valor de unas buenas risas de marcha. Duran más que un orgasmo, y, si tienes suerte y al día siguiente te acuerdas, tendras una partición torácica de bonus, y esto con los orgasmos no pasa. Pero yo no voy con mis colegas, voy con la familia, y no es cuestión de ponerse a dar asco en esta noche de celebración especial; el asco, pa mis colegas. Entro en bares cuyas paredes, esquinas, suelos y recovecos me llenan de recuerdos, y muy sorprendido, descubro que las baldosas del baño del Bedel tienen dibujitos, y que no tiemblan, por lo que llego a la conclusión de que la culpa de muchos charcos que vi en ocasiones anteriores era solo mía. Los terremotos puntuales localizados exclusivamente en el baño de los chicos no existen, pues. Decido adquirir un buen cubati de limigüisk, y de repente me sorprende el camarero presentándome a su novia. Ostia puta, resulta que dar asco tiene ventajas que todavía no había apreciado, como quitarle al 95% de la gente las ganas de entablar conversaciones banales, así que me bebo el cubati mientras el otro perora y, con los hielos en la boca le pido otro. Mano di santo, el locuaz a la par que poco interesante camarero se va hacia el dosificador, artilugio maldito que ha dado al traste con la posibilidad de picar al camarero para que intente producirte un coma etílico llenando los cubatas como debería, en un intento (condenado al fracaso) de librarse de ti, y me sirve otro cubata pero no más charleta, lo cual me permite concentrarme en la gente que se agita on the dance floor. El dj es un tipo con clase, y combina lo peor del momento con lo peor del pasado, asi que la fieshta está que arde; reggaetón, David Jeta (a.k.a. Dj iPod), Rijana... Magnífico. Con una selección musical tan esmerada no voy a bailar ni borracho, ergo me puedo permitir el lujo de beberme el cubata a tragos largos. Me lo paso bien, pero echo de menos las noches impredecibles con mis Secomos. Rara es ahora la ocasión en que nos juntamos más de 7, y la entropía se ha apoderado del grupo, pero aún sale alguna noche como la que los chavales, con mucha menos clase que nosotros, están teniendo hoy. Y las que quedan...

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